Balance de la huelga electoralista

Congreso de la COB por el gobierno obrero y campesino; derrotar la reacción democrática burguesa

Juan Jose


ELECCIONES PARA DESARTICULAR EL PODER DUAL

Antes de la huelga por elecciones, la clase trabajadora desarrolló una lucha que unificó a todos sus sectores alrededor de tres reivindicaciones centrales: Salud, Trabajo y Educación. Esta gesta previa derrotó por completo la política del silencio sindical de las direcciones traidoras ligadas al MAS. La COB, con esas tres consignas, convocó a la marcha nacional del 14 de julio movilizando a maestros, mineros, fabriles, gremiales, juntas vecinales, campesinos e indígenas (incluso participaron comités cívicos como el de La Paz), quienes tomaron las calles de la Sede de Gobierno y, encabezados por las bases del magisterio, cercaron Plaza Murillo por varias horas.

La lucha tuvo una dinámica de ascenso hacia la huelga general por salud, trabajo, educación y colocó a la COB en la palestra como órgano de poder dual. Sin embargo, la burocracia sindical de Huarachi, Gutiérrez y las direcciones campesinas del Pacto de Unidad interrumpieron este proceso incorporando en el ente matriz de los trabajadores la salida de la reacción democrática electoral, estrategia principal de la burguesía para desviar el ascenso revolucionario: elecciones presidenciales para evitar que Áñez caiga por insurrección y no sea reemplazada por el gobierno obrero y campesino de la COB.

Tras la marcha que cercó el palacio de gobierno, esas direcciones tuvieron problemas para incorporar la estrategia electoral, ya que ésta no tenía cabida en el proletariado, pero recibieron un apoyo de hecho del Tribunal Supremo Electoral que el 23 de julio modificó el calendario electoral por los casos ascendentes de COVID 19; los comicios del 6 de septiembre fueron postergados para el 18 de octubre. Este fue el pretexto perfecto para que la burocracia sindical desarticule la alianza obrera y campesina que se estaba gestando.

Con el argumento de que existe una dictadura prorroguista y fascista, en lugar de ver que el gobierno es extremadamente débil y solo se sostiene por la tregua de gobernabilidad que firmó la dirigencia de la COB y el Pacto de Unidad, la burocracia en cuestión convocó el 28 de julio a una marcha por la democracia y realizó un cabildo en la Ceja El Alto en el que declaró la huelga general con la consigna principal de mantener la fecha de elecciones para el 6 de septiembre. El proletariado no se movilizó ni entró en huelga por esa consigna, tampoco entraron gremiales y sectores populares de la ciudad. Los cocaleros de los yungas rechazaron las medidas. Sí entraron los sectores campesinos del Pacto de Unidad, muchos ligados al MAS. Durante 12 días la huelga electoralista se alejó de las reivindicaciones de salud, trabajo y educación en detrimento de la unificación de las luchas.

EN CONTRA DEL AUTOABASTECIMIENTO Y LA SOLIDARIDAD DE CLASE

Debido a que la consigna electoral burguesa fue rechazada de hecho por el proletariado, la huelga no paralizó el aparato productivo, pero sí se cerraron las vías de comunicación por el bloqueo de caminos del Pacto de Unidad. Los alimentos y recursos básicos no llegaban a destino. La huelga, por estar dirigida por la burocracia pro masista, no tuvo una política de autoabastecimiento ni solidaridad de clase con los trabajadores de la ciudad. Al contrario, ante la escasez se amedrentó a quienes pedían que entren recursos para sus familias, en donde existió denuncias de los propios vecinos de Senkata y en cada distrito de la ciudad de El Alto. Los gremiales, tanto ambulantes como los que tienen un puesto de venta, fueron saqueados y a la vez amenazados con ser golpeados si se atrevían a salir a ganarse unos centavos. No faltó la vigilia de grupos lúmpenes.

Esta fue una huelga distinta a la que se vivió en Octubre de 2003 en donde obreros, campesinos y sectores populares fortalecieron el poder dual y desplegaron el autoabastecimiento de recursos con solidaridad de clase, y la COB en ese momento centralizó las luchas no bajo una consigna electoral, sino por la nacionalización del gas para superar la crisis económica y el ¡Fuera Goni!

La huelga con dirección pro masista, por sus acciones y estrategia burguesa de elecciones, no podía más que aislarse de los sectores populares y el proletariado.

LA PLAZA MURILLO ESTUVO INTACTA

La huelga, por separarse de trabajadores de la ciudad, nunca pudo entrar a cercar la Plaza Murillo, ni siquiera se atrevió a marchar al centro de La Paz, Sede de Gobierno. En contraste, la marcha del 14 de julio convocada por la COB, que no fue por elecciones, sino por Salud, Trabajo y Educación, centralizó a la clase trabajadora en una sola lucha que tomó Plaza Murillo por horas. Huarachi tuvo que huir de la misma para evitar una asamblea que vote la verdadera huelga por las reivindicaciones más sentidas referidas a las condiciones de vida de explotados y oprimidos.

EL ¡FUERA ÁÑEZ! Y LA ACEPTACIÓN DE LA FECHA DEL TSE

El nivel de ascenso revolucionario es tan fuerte en Bolivia que, a pesar de que la dirigencia boicoteó la centralización de las luchas y quiso despilfarrar la fuerza de doble poder de la COB, las bases campesinas movilizadas fueron girando a la izquierda agitando el ¡Fuera Áñez! en los últimos días de huelga.

La dirección se vio en problemas. El MAS en el legislativo aprobó la modificación de la fecha electoral para el 18 de octubre pisoteando la petición original de los movilizados de hacer los comicios el 6 de septiembre. Incluso, no accedieron a la absurda petición de la dirección de la huelga que renunció a la primera petición y propuso realizarlas el 11 de octubre, una semana antes de la fecha del TSE.

Toda esa pelea por fechas electorales aisló aún más a los bloqueadores de caminos respecto al proletariado. Pero en sus propias filas se desarrolló el Fuera Áñez y la crítica a su propia dirección afloró contra Huarachi de la COB, el Pacto de Unidad y el parlamento masista. Expresión máxima de este proceso fue el Cabildo de El Alto del 14 de agosto, a la cabeza de los campesinos de La Paz, pues los cocaleros del Chapare y el Pacto de Unidad aceptaron levantar la huelga conforme a la política del MAS.

El cabildo declaró como traidores a la dirección de la huelga y a la bancada parlamentaria del MAS, votó seguir bloqueando con la consigna del Fuera Áñez. El problema fue que su movilización estuvo desligada desde el inicio de la lucha por salud, trabajo y educación, y su gran debilidad fue que no rompió con la salida de reacción democrática: El líder del cabildo, Felipe Quispe “El MAllku”, sostuvo en todo momento la política de que Áñez debe irse por elecciones y que los indígenas deben votar por candidatos de apellidos Quispe o Mamani, terminando por sugerir votar por PAN BOL pues en ese frente electoral existirían esos nombres.

Toda la radicalidad del cabildo quedó en el discurso, la dirección supuestamente crítica, al fin y al cabo, tenía la misma salida electoral. Al día siguiente, 15 de agosto, EL Mallku declaró el “repliegue estratégico” levantando todos los bloqueos.

LA FARSA DEL AUTOGOLPE Y PRORROGUISMO PARA DESVIAR LAS LUCHAS

A pesar de que la consigna electoral dividió las fuerzas de los trabajadores y la huelga no consiguió ninguna de sus peticiones, el gobierno de Áñez mostró tal debilidad que no pudo reprimir con dureza los bloqueos. El ministro de gobierno, Arturo Murillo, recordado por los desastres de Sacaba y Senkata, desapareció de escena durante toda la huelga.

Por más que el evismo, kirchnerismo y la pseudo izquierda mundial digan que en Bolivia gobierna el fascismo, lo real es que en el país se vive un ascenso revolucionario que ha puesto en crisis a la burguesía y está debilitando al máximo su aparato estatal. Áñez se sostiene en el poder no por las instituciones burguesas en sí mismas, sino y principalmente por la traición de las direcciones del poder dual.

En ese sentido, Huarachi refleja la política de la burocracia dirigencial sobre el régimen. Ahora sostiene que Áñez era un gobierno transitorio (el pez muere por la boca) es decir, que no surgió de un golpe, sino de un pacto de gobernabilidad que acordaron con las direcciones del movimiento de masas, pero que por la modificación de la fecha de elecciones, se ha convertido en prorroguista de facto. Con esto último justifica que la huelga sí consiguió una victoria contra el prorroguismo, porque garantizó elecciones, ahora sin importar la fecha en que se realicen. Se ve aquí que quiere salvar su pellejo de las duras críticas de las bases proletarias que no entraron en huelga y las campesinas que quisieron continuar con la misma.

Por otro lado, está el MAS y sus amigos de la pseudoizquierda mundial que dicen que en Bolivia gobierna el fascismo golpista que se quiere prorrogar en el poder y la lucha debe ser por recuperar la democracia, por ello, todos ellos y sus satélites despliegan la estrategia burguesa electoral en Bolivia para desviar el ascenso revolucionario de las bases de la COB.

La realidad nos muestra un gobierno de tipo kerenskista extremadamente débil incapaz de controlar al movimiento de masas y sostenido no por militares, sino por la política de las direcciones obreras y campesinas como hemos visto.

El argumento del prorroguismo y dictadura fascista se derrumba cuando analizamos los datos. Quien plantea la modificación de la fecha es el Órgano Electoral al margen de los candidatos y el poder ejecutivo. Actuó entonces con independencia de poderes al punto de que Áñez se declaró en contra e hizo campaña para que se mantenga la fecha del 6 de septiembre. Así lo hizo saber en el canal de El Estado, BTV, y en spots publicitarios difundidos a nivel nacional. El problema es que Áñez no tiene peso ni fuera ni dentro de la administración estatal y, por la crisis, cada facción de la burguesía refleja profundas divisiones entre ellos que no se ponen de acuerdo en cómo organizar su salvación, es decir, la reacción democrática.

Con esto no hay tal prorroguismo, sino falta de dirección fuerte en la burguesía que sea capaz de organizar elecciones sin conflictos en pleno ascenso revolucionario. Una grave crisis para la clase dominante en el país.

LA POLÍTICA DEL MAS NUNCA FUE MOVILIZAR

El gobierno hace una campaña engañosa diciendo que el MAS tiene la política de hacer bloqueos y huelgas como la última para desestabilizar al Ejecutivo. Es necesario aclarar que no es así.

Cuando el TSE anunció el 23 de julio la postergación de las elecciones por ascenso de casos de COVID 19, Eva Copa, presidenta del senado del MAS, afirmó que viabilizarán la postergación en el parlamento. Arce Catacora, el candidato principal de ese partido, se puso al margen de la huelga electoralista. Evo Morales, se esmeró en enviar mensajes desde Argentina para levantar los bloqueos y aceptar la fecha del 18 de octubre que finalmente se impuso.

En el caso de Huarachi de la COB y el Pacto de Unidad, la huelga surge porque las bases ya estaban movilizadas por Salud, Trabajo y Educación, y el papel de esta burocracia fue la de separar la unidad de los trabajadores con la consigna electoral, pero fue una política en contra de que surja una mayor huelga general por las verdaderas reivindicaciones referidas a las condiciones de vida de la clase trabajadora. En este caso, su política fue para ir en contra del crecimiento de la movilización. Y así actuaron para levantar los bloqueos. Las direcciones se fueron desgastando y, al mantenerse el ascenso, las bases tienden a rebasarlas en la lucha.

DESGASTE DE LA DIRECCIÓN Y EL MAS

Sin embargo, toda movilización es peligrosa para burguesía y burocracia debido a que, por el ascenso, la movilización tiende a ir hacia la izquierda, por ello, las bases de la COB ahora son más críticas de su dirección. Si algo se consiguió a favor del movimiento de masas fue ese desgaste de las direcciones y el MAS.

El propio Evo Morales entendió que la huelga no fortaleció a su partido, sino que lo debilitó. De acuerdo a datos de encuestas internas del MAS, el 11 de agosto dijo: “El día lunes en la noche sólo el 28% repudiaba la movilización que lucha por la democracia, anteayer subieron a 49% quienes están rechazando y ayer fue de 58%. Tomen en cuenta para una buena y mejor evaluación».

Evidentemente, las direcciones se desgastaron mucho más con la huelga, así mismo se desgastó la salida electoral.

El Cabildo de El Alto del 14 de agosto, si bien no pudo continuar con los bloqueos, expresó ese descontento de la base con su dirección y calificó de traidores a la dirección de la huelga y la bancada del MAS.

Es un error pensar que el MAS moviliza y controla todo. No hay direcciones fuertes claras para la burguesía. Y la última huelga demostró eso, que lo que fue un día el poderoso Frente Popular burgués de Evo Morales, ahora es incapaz de dar seguridad a la oligarquía al ser cuestionado por amplios sectores de la clase trabajadora.

ATENTADO O AUTOATENTADO CONTRA LA COB

Tras el levantamiento de la huelga, la fachada de la COB sufrió un atentado terrorista con explosivos, que no causaron mayores estragos, pero permitió a Huarachi hacer campaña de que su vida corre peligro “por estar al lado del pueblo”. Los propios trabajadores de base dudan de las palabras del burócrata y crece la idea de que fue un autoatentado para evitar mayores críticas contra Huarachi.

Desde el MST repudiamos los atentados contra las instalaciones de la COB porque es una infraestructura que pertenece a todos los trabajadores, y afirmamos que el principal responsable que pone en riesgo al Ente Matriz es Huarachi por sus acciones. Es necesario que las investigaciones se hagan desde las propias bases con comisiones idóneas para identificar, enjuiciar y castigar a los autores materiales e intelectuales.

LA VERDADERA LUCHA: POR SALUD, TRABAJO Y EDUCACIÓN

La huelga que se apaga es la de la consigna electoral para desviar el ascenso revolucionario. La verdadera lucha por salud, trabajo y educación que votaron las bases de la COB en ampliados continúa. Esa no ha fracasado, solo ha sido interrumpida por la burocracia sindical pro masista. De hecho, las protestas se siguen dando por estos objetivos, ahí están movilizados los fabriles, los maestros, gremiales, críticos de la dirección de Huarachi. Estas luchas se están reagrupando de nuevo y reubicarán a la COB para encabezar la próxima batalla.

La consigna electoral no detiene estas luchas y se perfilan comicios conflictivos en las que el Órgano Electoral está cuestionado por las masas y una COB que ha anunciado hacer vigilia de la votación. Todo esto en medio de un gobierno más débil que el del derrocado Evo Morales. La situación revolucionaria no se ha cerrado.

CONGRESO DE LA COB CON ESTRATEGIA DEL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES

Es urgente realizar el balance de la huelga general y ajustar cuentas con la dirección de Huarachi y su entorno, por una dirección clasista y de combate, derrotar la estrategia electoral y adoptar la estrategia de la toma del poder de clase trabajadora. EXIGIMOS desde las bases CONGRESO DEMOCRÁTICO DE LA COB de inmediato. Preparar la lucha por salud, trabajo y educación y el fortalecimiento del poder dual de la COB. Por una huelga general y lucha organizada que desemboque en el Gobierno obrero y campesino de la COB, única salida para cumplir con las reivindicaciones. Por la verdadera nacionalización sin indemnización del litio, el gas y todos los recursos naturales, así como de la banca y los hospitales privados, el no pago de la fraudulenta deuda externa, la expropiación definitiva del latifundio y expulsión del imperialismo, defensa de los derechos de los pueblos indígenas y de su autodeterminación, tierra para los campesinos, el no pago de la deuda externa, entre otras que hacen al programa revolucionario en Bolivia.   

 La Paz, 28 de agosto 2020

image_pdf
Siguiente publicación

La crisis en salud y el post confinamiento

Con hechos de corrupción en la adquisición de equipos sanitarios, falta de personal médico, escasez de medicamentos, funerarias y cementerios rebasados, el Gobierno se vuelve a lavar las manos,  aprueba la aplicación de “la fase de post confinamiento” y pretende hacer creer que la pandemia ha sido superada. Esta acción […]